Artículo escrito por Montse Purtí, abogada y mediadora, experta en ADR, Negociación y Conflictos en la Empresa y Cristina Casanovas, psicóloga. 

Se han acabado las vacaciones, vuelta al trabajo… este año cada uno de la manera que le sea posible.  Es un buen momento para reflexionar y sobre todo mejorar nuestras relaciones en el entorno laboral.

Todos hemos leído a los expertos en negocios hablar sobre la importancia de buscar la excelencia en la planificación financiera, la estrategia comercial, la ejecución operativa para obtener buenos resultados en la empresa, pero el éxito de muchos de estos sectores está condicionado tener unas relaciones laborales efectivas y eficientes.

Estudios científicos que han puesto sobre la mesa la relación entre elogios y reproches para que una relación funcione. Debemos considerar que dichos estudios han llegado a la siguiente conclusión que para poder neutralizar el impacto negativo de un reproche o crítica deberíamos hacerlo con cinco halagos… ¿os lo imagináis? ¿sois capaces de calcular la relación entre reproches y elogios que se da en vuestras relaciones? Seguro que estaréis de acuerdo en que en la mayoría de los casos la relación dista bastante de la deseada.

Pero lo importante no termina aquí, debemos tener muy en cuenta la sensibilidad de la persona a la crítica. Todos conocemos personas del tipo “por aquí me entra y por allí me sale”, para los que una crítica o un reproche tiene una menor importancia para ellos, pero también conocemos personas a las que cualquier comentario les hiere y les afecta más de lo que nosotros habríamos imaginado.

Para colmo, el reproche y el elogio no tienen el mismo impacto si se hace en público que si se hace en privado. En público tiene un impacto mucho mayor.

Como también nos afecta de manera diferente dependiendo de la persona que los haga, más concretamente depende del valor, el vínculo emocional y la credibilidad que esta persona tenga para nosotros.

Esta claro, los reproches y las críticas sin más, deterioran nuestras relaciones.  No obstante, cuando nos encontramos en un equipo, empresa o familia resulta evidente que tenemos que comunicar las posibles diferencias y desacuerdos para poder avanzar. Pero debemos aprender a hacerlo…

En la empresa familiar donde subyacen intereses distintos derivados de la conjunción entre la familia, la propiedad y la gestión de la empresa, todavía se complica más. Y a medida que incorporan más generaciones, hijos, nietos en la empresa las relaciones son cada vez más complejas.

Pensemos, ¿cuál es el impacto que un reproche efectuado en la mesa de Navidad puede tener en la gestión de la empresa familiar?

Recuerdo el caso de una familia empresaria de ocho hermanos en que ya de jovencitos peleaban constantemente, ello no cambió cuando el padre, fundador de la empresa, repartió sus acciones entre los ocho hermanos y dos de ellos se incorporaron a la gestión de la empresa, las discusiones pasadas y las duras críticas resonaban constantemente en el Consejo de Administración y en la Asamblea Familiar. Las largas discusiones les impedían la toma ágil de decisiones y restaban competitividad y rentabilidad a la empresa. Fue necesario un proceso de mediación y facilitación posterior para   superar las críticas pasadas, solventar los conflictos y adaptar la estructura de la empresa a las nuevas responsabilidades y organizar el gobierno corporativo y familiar.